Calorías vacías: ¿qué son?
Frecuentemente, escuchamos hablar de las calorías vacías o de los alimentos que las contienen. Pero, ¿qué son exactamente?
Vamos a comenzar por el principio…
¿Qué es una caloría?
Científicamente, la definición propia de caloría es la siguiente: «unidad de energía térmica que equivale a la cantidad de calor necesaria para elevar 1 grado centígrado la temperatura de 1 gramo de agua».
En términos de alimentación, una caloría es la cantidad de calor (energía) que se produce tras la combustión de un alimento. En definitiva, hace referencia a la energía que contiene un alimento y que nosotros obtenemos una vez que lo digerimos.
Por ejemplo, la mantequilla es muy calórica pues contiene 625 calorías por cada 100 gramos y, tras consumirla, obtenemos mucha energía. Por su parte, 100 gramos de brócoli solo tienen 25 calorías y tras su digestión apenas obtenemos energía.
Ahora bien… ¿Qué más hemos de tener en cuenta a la hora de considerar los alimentos?
Los alimentos no son sólo calorías
Probablemente, este sea la clave para llevar a cabo una alimentación equilibrada. Los alimentos, además de contener las temidas calorías, tienen algo mucho más importante: los nutrientes.
Como sabéis, nuestro cuerpo necesita energía, pero también materia. Esta materia se obtiene de los alimentos y es la que va a formar parte de los músculos o michelines de nuestro cuerpo.
Los nutrientes que se encuentran en los alimentos pueden ser de dos tipos. Existen los macronutrientes (que necesitamos en altas cantidades) y micronutrientes (que necesitamos en menor cantidad: vitaminas y minerales).
Los macronutrientes son los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Un gramo de azúcar aporta a nuestro cuerpo 4 kcal, un gramo de grasa 9 kcal y un gramo de proteína 4 kcal. En nuestro cuerpo, tenemos que introducir estos macronutrientes que aportan energía para realizar nuestras funciones vitales y que resultan necesarios como materia estructural.
¿Qué alimentos contienen calorías vacías?
Lo de las calorías vacías es un término que se utiliza en nutrición para referirse a los alimentos que aportan mucha energía, pero muy pocos nutrientes. Es decir, se trata de alimentos que nos van a aportar muchas calorías pero no van a contribuir a aportar materia estructural ni micronutrientes necesarios para vivir. Vamos a poner algunos ejemplos:
- Refrescos, bebidas energéticas y zumos envasados. Estos productos contienen gran cantidad de azúcares libres que se absorben fácilmente en nuestro cuerpo y terminan acumulándose en forma de grasa. Tienen muchas calorías y no aportan vitaminas, minerales, fibra o proteína.
- Productos procesados (galletas, snacks o golosinas). Tienen un alto contenido en grasas y azúcares libres que nuevamente van a darnos mucha energía pero poca materia.
- Alcohol. Nuevamente nos encontramos ante una elevada cantidad de azúcar libre que se transformará en grasa. Además, hay que añadir que el alcohol dificulta la absorción de proteínas, vitaminas y minerales, perjudicando todavía más nuestro cuerpo. Se calcula que un gramo de alcohol aporta 7 kcal (casi el doble que un gramo de azúcar) y apenas aporta ningún nutriente a nuestro cuerpo.
Resumiendo, más que fijarnos en el número de kilocalorías diarias que ingerimos (donde se recomiendan 2200 en el caso de las mujeres), es mucho más importante atender a la proporción de macronutrientes y micronutrientes que incorporamos cada día en nuestra dieta.
Para ello, lo más sencillo es evitar los alimentos que contienen calorías vacías y tratar de comer comida más nutritiva. En relación con esto último te recomiendo que leas el post sobre realfooding que tenemos en la web.
REFERENCIAS
- J. M. Mulet. ¿Qué es comer sano?