¿Cómo saber si un huevo está malo?

¿Cómo saber si un huevo está malo?

Seguro que en múltiples ocasiones has oído hablar del truco de sumergir un huevo en agua para saber si puedes consumirlo. Sin embargo, no es el truco infalible para responder a la gran pregunta: ¿cómo saber si un huevo está malo?

La clave está en entender cómo evolucionan los huevos. Cuando un huevo es fresco, su interior está aislado del exterior y es poco probable que nos transmita una enfermedad. A medida que el huevo evoluciona con los días, su cáscara se hace más porosa y eso permite que el aire entre al exterior.

Aquí está la clave: cuando pasan los días, el huevo tendrá más aire en el interior. Por eso, al sumergir un huevo fresco en agua se hunde rápidamente, mientras que un huevo que tiene varios días o semanas flotará.

Ahora bien, un huevo que flota por tener varios días no significa que no sea apto para el consumo. Si de verdad quieres asegurarte de cómo saber si el huevo está malo, la clave es la inspección visual y olfativa.

Los huevos en mal estado sufren descomposición por parte de las bacterias y esto genera malos olores, decoloración y cambios en la textura. Así, lo mejor ante la duda será abrir el huevo y olerlo antes de decidir si podemos ingerirlo. Esto es lo más recomendable cuando hemos hecho la prueba de flotación y el huevo no se hunde. Y es que las bacterias, al descomponer el huevo, pueden producir gases en el interior de este. Por tanto, la flotación del huevo puede deberse a gases de descomposición o a la entrada del aire. En cualquier caso, un huevo que no se hunde, nos debería obligar a sospechar para hacer la inspección visual y olfativa.

¿Cuáles son los mejores consejos de conservación?

En primer lugar, hay que tener en cuenta la humedad y la temperatura. Seguro que has escuchado muchas veces lo de «mantener en un lugar fresco y seco». Y si esto se repite tanto, por algo será.

Los huevos tienen un recubrimiento de forma natural que impide la entrada de bacterias. Si los guardamos en un sitio húmedo (o los lavamos), esta capa desaparece y las bacterias pueden entrar fácilmente, lo que dará pie a la descomposición. Por eso, no se pueden lavar los huevos y se recomienda mantenerlos en un ambiente seco.

En cuanto a la temperatura, más de lo mismo. Las temperaturas de 15 °C o menos son aptas para el almacenamiento, ya que impiden el rápido crecimiento de los microorganismos. Es importante hacer un apunte para las personas que guarden los huevos en la nevera, pues se recomienda que estén lo más separados posible de otros productos, preferiblemente aislados en una huevera. Así se evita la humedad y el contacto con otros alimentos que puedan estropearlos.

Esperamos que este artículo os haya servido para conocer cómo saber si un huevo está malo. Déjanos un comentario y cuéntanos si conocías estos trucos o qué otros utilizas tú para comprobar el estado de los huevos.

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